martes, 8 de mayo de 2012

EL PELIGRO DEL TELÉFONO MÓVIL


La paradoja de las antenas
EL MÓVIL ES MÁS PELIGROSO QUE LAS ANTENAS


 

Un gran sector de la sociedad cuestiona la instalación de antenas de telefonía o de Wifi, evidentemente nocivas, pero apenas se cuestiona el uso privado el teléfono móvil, el inalámbrico, o el PC portátil, no queremos radiaciones de microondas pero queremos tener plena cobertura.
Esto es una contradicción absoluta, pues la radiación de las antenas repetidoras se debe a la reemisión de las llamadas de nuestros emisores, de la cual somos responsables. Igual que somos responsables de financiar la red de telefonía móvil, con el solo hecho de contratar la línea telefónica.
Esta conducta incoherente de los movimientos de afectados da argumentos a los operadores, para enrocarse en su postura de “no pasa nada” y “no está demostrado”, etc. Sin embargo, existe suficiente información científica sobre el riesgo de las radiofrecuencias, basta con leer las conclusiones del Reflex Project o el informe Bioinitiative, como hemos denunciado tantas veces.

Móvil peligroso o antena peligrosa
Pero existe la percepción social de que el peligro mayor es la exposición permanente de las antenas o el Wifi, que se considera una intromisión indeseada en nuestro domicilio y nuestro cuerpo. Por el contrario, banalizamos el riesgo de la exposición del teléfono móvil, o el inalámbrico, pues al ser una exposición voluntaria no se percibe como una invasión.
Para valorar el riesgo de las microondas hace falta tener datos objetivos, según nuestras mediciones en cientos de antenas urbanas. Habitualmente la densidad de potencia de una antena dentro de una casa (inmisión), es muy inferior a la de un teléfono móvil, y se mueve entre estos valores.

INTENSIDAD INMISIÓN ANTENA. 1-10 mW/m2.
Las mediciones más usuales en Barcelona ciudad son valores de 1-3 mW, en muchos casos medimos valores menores de 0,1 mW (100 µW), y en contadas ocasiones se alcanza >100 mW.
INTENSIDAD INMISIÓN MÓVIL. 10.000-20.000 mW/m2.
La intensidad del teléfono móvil varía según la cobertura, puede ser doble (20.000 mW) en modelos baratos, y se reduce a 1.000 mW con accesorio de manos libres que aleja la antena del cerebro.

Radiación total recibida
Para valorar la radiación total recibida debemos multiplicar la INTENSIDAD de emisión por el TIEMPO de exposición.
RADIACIÓN TOTAL ANTENA. 1.440x10=14.400 mW/m2/min.
(Para la antena consideramos la exposición durante un día = 24 horas = 1.440 minutos)
RADIACIÓN TOTAL MÓVIL. 60x10.000=600.000 mW/m2/min.
(Para el móvil consideramos la exposición solo durante una hora al día = 60 minutos).

Este es un supuesto muy simple, solo una antena y solo un móvil, pero la evidencia de las matemáticas nos muestra que para un usuario medio, la radiación recibida de su móvil es casi cincuenta veces mayor que la de la antena cercana. Es obvio que la radiación de microondas del teléfono móvil, incluso con pocos minutos de uso es muy peligrosa. En el caso de un usuario que utilice el móvil varias horas, cosa muy frecuente en usuarios de smartphones (Blackberry, iPhone, tablets), el riesgo crece de forma exponencial, aún con manos libres.
Cualquiera puede hacer el cálculo de la radiación real que recibe su persona (o su bebé) de acuerdo con su TIEMPO DE USO efectivo, consultando la factura mensual de Movistar. Son matemáticas fáciles y dejo a cada usuario calcular la radiación total de las casi 3.000 antenas de telefonía en Cataluña, o de los más de 7 millones de móviles, más que habitantes, nos podemos sorprender, pues las matemáticas no mienten.

Debemos señalar que la potente radiación del móvil es un verdadero martillazo, (1-2 Watios), mientras que la radiación de las antenas se trata de molestos picotazos, miliwatios o microwatios, miles o millones de veces menores.
Otro aspecto evidente es que en el caso del teléfono móvil la radiación se concentra en el oído y la mitad del cerebro, mientras que en el caso de antenas se reparte en todo el cuerpo con riesgo sanitario mucho menor.

Además debemos sumar la radiación recibida como USUARIO PASIVO de otros teléfonos móviles, inalámbricos, PC portátil, tablet, Wifi, etc., en el autobús, metro, oficinas, centros comerciales, etc., donde puede haber varios aparatos funcionando muy cerca de nosotros. Esto hace que los sujetos hipersensibles (H-Cem) no puedan permanecer mucho tiempo en estos entornos sin sufrir serias molestias, aunque no usen jamás un móvil.

Como protegernos
Otro aspecto a valorar es que podemos protegernos eficazmente de las microondas de las antenas, con un apantallado de los muros o ventanas de la casa, blindaje físico como recomienda Next-Up. Pero no existe ningún modo práctico de evitar la radiación de nuestro propio teléfono, o de las personas cercanas, excepto con el traje blindado de astronauta.
Y aunque no tengamos cerca una Línea de Alta Tensión, debemos considerar el efecto sinergia con otras exposiciones electromagnéticas, de nuestros electrodomésticos, informática y red eléctrica doméstica a 220 V, que tenemos a veces en la cabecera de la cama, y de la cual podemos y debemos protegernos eficazmente.
Con una visión global de la salud ambiental, deben valorarse los otros factores ambientales nocivos, como el ruido o la calidad del aire que respiramos en Barcelona (entre las peores de Europa), pues el efecto tóxico es acumulativo.
Espero que esto nos haga reflexionar y ser coherentes para ser respetados por los investigadores, y la Administración, y poder valorar si queremos ser la capital mundial del móvil (World Mobile Congress). Quizás hay que prohibir la telefonía móvil, y de paso también los automóviles, como proponía Ernest Callenbach en su Ecotopía. 
O quizás hay que declarar una huelga sin móvil, o más racionalmente reservar el telefonino solo para las verdaderas emergencias, accidentes, terremotos y tsunamis, reduciendo a valores soportables la agresión y el beneficio de las telefónicas.

© Carlos M. Requejo – Domoterapeuta
Director de DOMOBIOTIK