miércoles, 10 de marzo de 2010

Arquitectura inhabitable


Premiada arquitectura inhabitable e insostenible
Jean Nouvel Premio Pritzker 2008

Estética versus ética
Este premio arquitectónico es de nuevo el triunfo de la estética, el culto vano a la forma, frente a la ética social y ambiental. Es considerar la arquitectura como si fuera únicamente escultura, un objeto puramente simbólico, y olvidarse de su verdadera función primordial, un edificio debe ser bello, pero antes debe ser habitable, ecológico y saludable.

Torre Agbar enferma
La concesión del PREMIO PRITZKER, considerado el Nobel de la arquitectura, al arquitecto francés Jean Nouvel (Fumel, France 1945). Leemos en Wikipedia que el Premio Pritzker es un premio anual de la fundación estadounidense Hyatt. Dotado con 100.000 dólares, fue creado el 1979 por Jay A. Pritzker e impulsado por su familia, se entrega anualmente a un arquitecto vivo, que haya mostrado talento y contribuido al enriquecimiento de la humanidad, por el alto nivel de creatividad dichas obras, que además deben de ser funcionales y de buena calidad en construcción.
La torre Agbar, obra emblemática de Jean Nouvel que se ha convertido en el nuevo icono de Barcelona, no parece ser precisamente una muestra de enriquecimiento de la humanidad, y tampoco es una obra funcional pues sufre el síndrome del edificio enfermo (lipoatrofia, SFC, abortos etc.), que la hace inhabitable para muchos de sus trabajadores.
El año pasado fue noticia en todos los medios el brote de lipoatrofia que afecta a los trabajadores de inmuebles tan singulares como Agbar y Gas Natural (también premiado), una plaga que ya se extiende a más de 400 edificios laborales en Cataluña.
Como es habitual en esta arquitectura enferma, en la torre Agbar se dan unas condiciones ambientales nocivas por la alta concentración de materiales e instalaciones nocivas en un espacio cerrado, demasiado hermético y mal ventilado, y tecnificado en exceso, que pueden haber sido la causa de abortos, y otras patologías que han sido denunciadas por los sindicatos.

Inversión inmobiliaria ruinosa
Por otro lado el edificio no es rentable, tras una inversión de 90 millones de euros y después de casi tres años aún tiene diez plantas totalmente vacías, pues cuesta encontrar empresas que quieran establecer su sede allí. Ni siquiera la rebaja en los alquileres o la estrategia publicitaria con Woody Allen ha servido para ocupar el edificio, que solo ha conseguido atraer a dos inquilinos desde su inauguración.
El edificio Agbar llama la atención por su sugerente forma que copia descaradamente otra obra de Norman Foster, el famoso “pepinillo” de Londres, lo que prueba su escasa originalidad. Muchos ven lo han  interpretado jocosamente como supositorio, consolador, obús, misil, o símbolo fálico, mientras el artista dice haberse inspirado en el chorro de agua de un geiser, o en las suaves formas de Gaudí o Montserrat, aunque resulte difícil encontrar esa similitud.
Hemos podido observar de visu algunas características del edificio, que confirman un pre-diagnóstico de edificio seriamente enfermo (SEE permanente), siempre multifactorial, fundamentalmente debido a su concepción arquitectónica.
En los edificios enfermos se repiten una serie de elementos como transparencia (visual, térmica, electromagnética), arquitectura ligera, causa de ruido y pérdidas térmicas, hermeticidad, calidad del aire y ventilación, abuso de materiales nocivos (artificiales, electrostáticos, tóxicos), saturación de instalaciones nocivas (ruido, vibraciones, electromagnetismo), y de telecomunicaciones (GSM, DECT, Wifi), con incremento de las radiaciones internas, y muchas veces con olvido del bioclimatismo lo que perjudica a la eficiencia energética y al confort.
El problema siempre es multifactorial, y debe estudiarse el edificio con la visión global que aporta la DOMOBIÓTICA (Bioconstrucción, Geobiología, Feng’Shui), y además del electromagnetismo debemos analizar la concepción arquitectónica del espacio (forma, ergonomía), las instalaciones técnicas (biocompatibles), y no habría que descartar la contaminación química múltiple por múltiples materiales tóxicos y/o radiactivos (efectos electroquímicos).

Arquitectura insostenible
Un ejemplo de ineficiencia y mal diseño funcional es la bonita piel acristalada con casi 60.000 láminas de vidrio, que cubren las 4.400 ventanas, lo que requiere un pequeño ejército de 30 escaladores, solo para quitarle el polvo al edificio. Otro ejemplo de derroche energético insostenible es la iluminación externa, una sinfonía cromática nocturna en rojo y azul, que ha sido motivo de tantas loas de los esteticistas.
No analizaremos en detalle el concepto “torre” por si mismo, pues ya es sabido que la arquitectura en altura es una agresión al medio urbano. Con 142 metros de altura, la Torre Agbar en sus 32 plantas concentra 30.000 m² de suelo útil dedicado a oficinas, 3.210 m² para los servicios técnicos y 8.351 m² para otros usos, como un mirador y un auditorio, además de 4 plantas subterráneas con más de 9.000 m² de aparcamiento. Además de ser otra actuación especulativa del suelo, la singular torre incrementa la densidad de población, los problemas de tráfico y la polución hasta límites insostenibles.
En resumen, una obra arquitectónica inhabitable e insostenible, por lo que quizá debamos plantearnos que significa un premio en arquitectura, esto merece una reflexión en profundidad. Ahora mismo en Barcelona estamos poniendo en marcha el grupo de expertos Domosalud, para abordar estas patologías ambientales con un enfoque multidisciplinar.
Debemos preguntarnos si estamos promocionando una arquitectura nociva y si Barcelona es una ciudad enferma, o bien si preferimos la bioconstrucción, una arquitectura ecológica, saludable y sostenible.

© 9 Abril 2008  Carlos M. Requejo 
Vicepresidente de DOMOSALUD Asociación Ciudadana por la Salud Ambiental
Gerente de DOMOBIOTIK
www.domobiotik.com

1 comentario:

  1. me encantó el artículo, soy arquitecta y vivo en la Cd. de México y eso también pasará aquí con los rascacielos que cada día son mas los que se edifican y la masificación de la vivienda.
    saludos

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