EDIFICIOS ENFERMOS, ENTORNOS TÓXICOS
Ha sido noticia el brote de Lipoatrofia semicircularis en trabajadores de inmuebles singulares como Gas Natural, Agbar, La Caixa, y más de 400 edificios laborales solo en Cataluña, edificios tóxicos para las personas.
¿QUE ES UN EDIFICIO ENFERMO?
Edificios cuyo clima interior resulta molesto o nocivo para los trabajadores, es el Síndrome del Edificio Enfermo. Desde 1995 el Ministerio de Trabajo reconoce que al menos el 30% de los edificios laborales están enfermos.
Diseñados para abaratar costes de construcción y ahorrar energía, son edificios herméticos, mal ventilados, con climatización centralizada, muy electrificados y tecnificados y saturados de materiales artificiales.
MALA CALIDAD DEL AIRE
Todos hemos sentido la sensación de ahogo, debida a la atmósfera cargada en muchos locales comerciales. La mala calidad del aire, demasiado seco, electrificado y cargado de polvo, polen o químicos tóxicos, puede favorecer rinitis, conjuntivitis, reacciones cutáneas, y en personas sensibles sufrir ansiedad, asma o alergias.
ILUMINACIÓN ARTIFICIAL
Muchas personas sienten necesidad de huir del trabajo, el motivo es la falta de sol, pues pasamos hasta el 80% del tiempo en recintos con poca luz solar. La falta de luz natural es causa de depresión otoñal (TAE), somnolencia matinal e insomnio, y un factor de riesgo en patologías como fibromialgia o cansancio crónico.
¿UN ESPACIO OPRESOR?
Muchos sentimos sensación de opresión, o claustrofobia, en ciertos edificios. Tenemos una necesidad de espacio, y un buen piso se cotiza por su panorámica, las vistas. Demasiada gente en locales estrechos, muchas cosas en poco espacio, techos demasiado bajos, ventanas cerradas y escasas, o ausencia total de vistas en locales de trabajo subterráneos, pueden ser causas de quejas.
POLUCIÓN ELECTROMAGNÉTICA
Sentirse agresivo, tenso, sobrecargado de energía, es estar cargado de electricidad. El cuerpo humano es una máquina bioeléctrica y el electromagnetismo del entorno produce estrés electromagnético, electroestrés. Nos carga la cercanía de redes eléctricas, ordenadores, electrodomésticos y telecomunicaciones, y más sobre suelo aislante, como parket o calzado sintéticos. Los campos eléctricos o magnéticos modifican la resistencia eléctrica de la piel, afectan al ritmo cerebral y cardíaco, cambian el metabolismo, e incluso alteran la polaridad de la membrana celular.
PATOLOGÍA VISIBLE Y PALPABLE
Con la Lipoatrofia semicircularis el efecto de los campos eléctricos se hace visible y palpable. Se puede ver y tocar la grasa del muslo disuelta, formando una depresión en semicírculo, que remite estando lejos del trabajo.
La vaina de mielina, una grasa, es el aislante de los nervios, y la desmielinización es la causa del Parkinson, ya que dificulta la señal eléctrica a los músculos. La pregunta es ¿la grasa del cerebro también se disuelve? Si fuera así estaríamos identificando una posible causa del Alzheimer, cuyo primer síntoma es la desmielinización, como puede observarse con resonancia magnética.
TRABAJAR EN ÁREAS BLANCAS
El incremento de edificios tóxicos a partir de los años 50, coincide con el boom de la construcción, la invasión de los plásticos, la electrificación intensiva y la proliferación de electrodomésticos. Hoy informática, wifi y telefonía inalámbrica llevan la invasión electromagnética hasta nuestras neuronas.
Mientras no podamos vivir en una “zona blanca” en medio de la montaña, un espacio virgen de polución cero, podemos tomar medidas prácticas para crear un Área Blanca, al menos en la zona de trabajo.
Podemos mejorar la ventilación abriendo ventanas, y los purificadores de aire nos ofrecen “aire medicinal”, ionizado, como el aire fresco de alta montaña. Si no podemos trabajar a pleno sol, tenemos iluminación biológica con lámparas fullspectrum, idéntica al sol de mediodía, con todos los colores del arco iris.
¿Y si el verdadero lujo fuera el espacio? Podemos ampliar el espacio eliminando trastos o vaciando archivos, como enseña el feng’shui. Un entorno más iluminado y de colores alegres se percibe más amplio y abierto.
Es posible eliminar la carga electrostática mejorando la toma de tierra, con menos de 6 Ohmios de impedancia y usando materiales naturales en pavimentos, mobiliario, vestuario y calzado. También podemos respetar una distancia de seguridad, a todos los dispositivos eléctricos como el ordenador, simplemente reordenando nuestra mesa de trabajo. Aplicando los criterios de la Bioconstrucción logramos Áreas Blancas en edificios saludables y sostenibles.
© Carlos M. Requejo. Domobiotik 2010. www.domobiotik.com
Publicado en www.enbuenasmanos.com
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