lunes, 21 de octubre de 2019

RADIACTIVIDAD - RADÓN


El gas radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco

En Otoño se incrementa la Radiactividad dentro de casa por el Gas Radón (Rn222)


La Directiva Europea 59/2013 EURATOM obliga a los gobiernos a controlar el Radón, un gas radiactivo y cancerígeno, presente en el 90% de viviendas, según el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS)


El Otoño incrementa el gas Radón
Con la llegada del frío cerramos las ventanas y reducimos de manera significativa la ventilación natural. Esto produce un incremento de las concentraciones del peligroso gas Radón dentro de la vivienda.
Dado que el gas Radón es seis veces más pesado que el aire, se acumula en los lugares bajos como sótanos, bodegas y garajes, y en los espacios cerrados como aseos, trasteros o despensas, sin la adecuada ventilación.

El 8 de febrero de 2018 entró en vigor la directiva europea (2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas Radón en las viviendas, un elemento radiactivo que es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Directiva Euratom recomienda que se establezca un plan de actuación para limitar la exposición a las concentraciones altas de radón en el interior de edificios, prestando especial atención a la adecuada información al público.

La normativa europea obliga a los gobiernos a realizar mediciones preventivas en lugares de riesgo y tomar medidas para reducir la concentración de Radón en aquellas zonas en las que se registre un mínimo de 300 becquerelios por metro cúbico, y establece un nivel de actuación en edificios anteriores a 1990 de 400 Bq/m3, y para edificios de nueva construcción un máximo de 200 Bq/m3.
No obstante, esta norma establece límites inferiores a los deseables, ya que en Estados Unidos el nivel máximo está establecido en 148 Bq/m3 y la OMS fija en 100 becquerelios el nivel peligroso para la salud. Los científicos concluyen que cualquier dosis de radiactividad es nociva, pues es acumulativa.

Desde entonces el Gobierno de España no ha aplicado la directiva de Euratom, ni ha tomado las medidas para controlar la concentración de gas Radón dentro de la viviendas. Esto es más urgente en las zonas de riesgo radiactivo.

Zonas de riesgo radiactivo
Como referencia tenemos el Mapa Marna, mapa de radiación gamma natural de España, elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS). También podemos consultar el mapa predictivo de exposición al gas Radón del CSN, que muestra el territorio dividido en tres zonas de exposición: baja, media y alta.
El CSN señala como zonas de riesgo alto el Macizo Galaico-Duriense, afectando a Orense y Pontevedra, todo el Sistema Central, Madrid, Toledo, Salamanca, Ávila, Cáceres, así como Sevilla, Córdoba, Jaén, Almería, Tenerife y Gran Canaria, que son las zonas de mayor exposición radiactiva debida al subsuelo geológico.

En Madrid la radiación gamma se incrementa en todo el Noroeste de la provincia, con valores altos en la Sierra de Madrid, y en particular la radiactividad natural es muy alta en los macizos emergentes de gneis y granito como La Pedriza.
Cataluña está en la zona media, las zonas más radiactivas corresponden al Pirineo y Prepirineo afectando a Lleida y Girona. En Tarragona la radiactividad es menor, y en Barcelona la radiactividad se incrementa a valores altos en el Maresme y el macizo del Montseny, que penetra en el Ampurdán.

Por el contrario todo el Levante mediterráneo, desde Castellón hasta Murcia presenta los valores más bajos de radiación gamma natural.
No obstante estos son valores promedio de la radiactividad natural por zonas, (cuadrículas de 10x10 km), para saber el valor real de radiación gamma en una vivienda concreta es preciso hacer mediciones de radiación “in situ”.

Reducir el riesgo del Radón
El gas Radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, y la OMS recomienda reducir las concentraciones de Radón dentro de los edificios (viviendas, empresas, hospitales, escuelas, guarderías, etc)., para reducir la incidencia del cáncer.
El primer paso es controlar la radiactividad ambiental en la vivienda, con mediciones mediante un contador Geiger-Müller. Si esta medida de la radiación nuclear es significativa con relación a la radiación de fondo natural (Ver Mapa Marna), es preciso realizar controles específicos para evaluar la posible concentración de gas Radón en el edificio, y ver si es necesario aplicar medidas preventivas.

Medidas preventivas:
  • Mejorando la ventilación de la casa.
  • Evitando la acumulación de radón en el sótano, garaje, y espacios cerrados.
  • Evitando que el radón se filtre desde el sótano hasta las habitaciones.
  • Aumentando la ventilación por debajo del forjado de la casa.
  • Usando forjado ventilado (o forjado sanitario).
  • Instalando en el sótano una bomba extractora de radón.
  • Sellando pisos, paredes y pasos de tuberías. 
  • Instalando un sistema de presurización positiva.
  • Realizando controles anuales de radón, en otoño-invierno.
El Radón puede proceder de las rocas del subsuelo geológico (granito, cuarcitas, etc.), o bien de las emisiones de materiales de construcción radiactivos muy usuales (morteros, hormigones, pizarras, granito, gres, etc.). También puede entrar gas Radón en la casa con el suministro de gas natural e incluso con el agua del grifo según su procedencia.

Disponemos de medidas preventivas para reducir los niveles de gas Radón dentro del edificio, pero el primer consejo es realizar un control de radiactividad en la casa.


Domobiotik. Oct.19

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