El
gas radón es la segunda causa de cáncer
de pulmón
después del tabaco
En Otoño se incrementa la Radiactividad dentro de casa por el Gas Radón (Rn222)
La Directiva Europea 59/2013 EURATOM obliga a los gobiernos a controlar el Radón, un gas radiactivo y cancerígeno, presente en el 90% de viviendas, según el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS)
El
Otoño incrementa el gas Radón
Con
la llegada del frío cerramos las ventanas y reducimos de manera
significativa la ventilación natural. Esto produce un incremento de
las concentraciones del peligroso gas Radón dentro de la vivienda.
Dado
que el gas Radón es seis veces más pesado que el aire, se acumula
en los lugares bajos como sótanos, bodegas y garajes, y en los
espacios cerrados como aseos, trasteros o despensas, sin la adecuada
ventilación.
El
8 de febrero de 2018 entró en vigor la directiva europea
(2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas Radón en las
viviendas, un elemento radiactivo que es la segunda causa de cáncer
de pulmón después del tabaco, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
La
Directiva Euratom recomienda que se establezca un plan de actuación
para limitar la exposición a las concentraciones altas de radón en
el interior de edificios, prestando especial atención a la adecuada
información al público.
La
normativa europea obliga a los gobiernos a realizar mediciones
preventivas
en lugares de riesgo y tomar medidas para reducir la concentración
de Radón en aquellas zonas en las que se registre un mínimo de 300
becquerelios por metro cúbico, y establece
un nivel de actuación en edificios anteriores a 1990 de 400 Bq/m3,
y para edificios de nueva construcción un máximo de 200 Bq/m3.
No
obstante, esta norma establece límites inferiores a los deseables,
ya que en Estados Unidos el nivel máximo está establecido en 148
Bq/m3
y la OMS fija en 100 becquerelios el nivel peligroso para la salud.
Los científicos concluyen que cualquier dosis de radiactividad es
nociva, pues es acumulativa.
Desde
entonces el Gobierno de España no ha aplicado la directiva de
Euratom, ni ha tomado las medidas para controlar la concentración de
gas Radón dentro de la viviendas. Esto es más urgente en las zonas
de riesgo radiactivo.
Zonas
de riesgo radiactivo
Como
referencia tenemos el Mapa Marna, mapa de radiación gamma natural de
España, elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS). También
podemos consultar el mapa predictivo de exposición al gas Radón del
CSN, que muestra el territorio dividido en tres zonas de exposición:
baja, media y alta.
El
CSN señala como zonas de riesgo alto el Macizo Galaico-Duriense,
afectando a Orense y Pontevedra, todo el Sistema Central, Madrid,
Toledo, Salamanca, Ávila, Cáceres, así como Sevilla, Córdoba,
Jaén, Almería, Tenerife y Gran Canaria, que son las zonas de mayor
exposición radiactiva debida al subsuelo geológico.
En
Madrid la radiación gamma se incrementa en todo el Noroeste de la
provincia, con valores altos en la Sierra de Madrid, y en particular
la radiactividad natural es muy alta en los macizos emergentes de
gneis y granito como La Pedriza.
Cataluña
está en la zona media, las zonas más radiactivas corresponden al
Pirineo y Prepirineo afectando a Lleida y Girona. En Tarragona la
radiactividad es menor, y en Barcelona la radiactividad se
incrementa a valores altos en el Maresme y el macizo del Montseny,
que penetra en el Ampurdán.
Por
el contrario todo el Levante mediterráneo, desde Castellón hasta
Murcia presenta los valores más bajos de radiación gamma natural.
No
obstante estos son valores promedio de la radiactividad natural por
zonas, (cuadrículas de 10x10 km), para saber el valor real de
radiación gamma en una vivienda concreta es preciso hacer mediciones
de radiación “in situ”.
Reducir
el riesgo del Radón
El
gas Radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del
tabaco, y la
OMS recomienda reducir las concentraciones de Radón dentro de los
edificios (viviendas, empresas, hospitales,
escuelas, guarderías, etc)., para reducir la incidencia del cáncer.
El primer paso es controlar la
radiactividad ambiental en la vivienda, con mediciones mediante un
contador Geiger-Müller. Si esta medida de la radiación nuclear es
significativa con relación a la radiación de fondo natural (Ver
Mapa Marna), es preciso realizar controles específicos para evaluar
la posible concentración de gas Radón en el edificio, y ver si es
necesario aplicar medidas preventivas.
Medidas preventivas:
-
Mejorando la ventilación de la casa.
-
Evitando la acumulación de radón en el sótano, garaje, y espacios cerrados.
-
Evitando que el radón se filtre desde el sótano hasta las habitaciones.
-
Aumentando la ventilación por debajo del forjado de la casa.
-
Usando forjado ventilado (o forjado sanitario).
-
Instalando en el sótano una bomba extractora de radón.
-
Sellando pisos, paredes y pasos de tuberías.
-
Instalando un sistema de presurización positiva.
- Realizando controles anuales de radón, en otoño-invierno.
El Radón puede proceder de las
rocas del subsuelo geológico (granito, cuarcitas, etc.), o bien de
las emisiones de materiales de construcción radiactivos muy usuales
(morteros, hormigones, pizarras, granito, gres, etc.). También puede
entrar gas Radón en la casa con el suministro de gas natural e
incluso con el agua del grifo según su procedencia.
Disponemos de medidas preventivas
para reducir los niveles de gas Radón dentro del edificio, pero el
primer consejo es realizar un control
de radiactividad en la
casa.
Domobiotik. Oct.19
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