martes, 27 de mayo de 2025

Sensibilidad Química y Electromagnética

 

EL CÓCTEL ELECTROQUÍMICO

Sobrevivir en un entorno de riesgo / SQM-EHS

Sinergia de tóxicos y radiaciones

 

La exposición simultánea a tóxicos químicos y radiaciones electromagnéticas, lo que llamamos el “cóctel electroquímico”, genera una sinergia que es la causa de la hipersensibilidad ambiental múltiple.

 


 

El concepto de sensibilidad química múltiple (SQM) está aceptado como un conjunto de síntomas y reacciones orgánicas ante bajas concentraciones de productos químicos comunes, en particular “olores” a causa de compuestos orgánicos  volátiles (VOC).

 

La realidad es que estamos respirando una auténtica sopa de químicos, a veces con cientos de componentes tóxicos simultáneos, como nos muestra el trabajo de investigación de Greenpeace “La Casa Intoxicada”, informe publicado con el título de “Consumiendo Química”.

 

Olvidamos que la biología humana es esencialmente electroquímica, cualquier reacción química implica el intercambio de electrones corticales, y el electrón es la electricidad, por lo tanto, los fenómenos electromagnéticos están presentes en el funcionamiento de músculos, corazón, células o neuronas…

 

La sensibilidad química suele relacionarse con estos síntomas, dificultad para respirar, fatiga, mareos, reacciones cutáneas, alergias… problemas de concentración, palpitaciones o alteraciones cardiovasculares, síntomas muy similares a los que presenta un sujeto electrosensible.

 

La sensibilidad química va con frecuencia asociada a la hipersensibilidad electromagnética (EHS), pues a la exposición crónica y habitual tóxicos químicos junto a factores físicos, como las cargas electroestáticas, campos eléctricos y magnéticos, se suma la moderna invasión de radiofrecuencias, y la presencia de radiactividad. Esta exposición múltiple, física y química, genera un peligroso cóctel electroquímico dentro de la vivienda, que se convierte en una casa tóxica, potencialmente cancerígena.

 

El problema es que generalmente estamos expuestos simultáneamente a varios, o todos, de estos agentes tóxicos, pero solo nos fijamos en la antena de telefonía o en los olores de los disolventes, porque son evidentes, perceptibles por los sentidos, y no somos conscientes de la polución invisible que nos rodea.

 

La persona con SQM no es consciente de la radiactividad o los campos eléctricos y magnéticos, una polución invisible que nos rodea, y tampoco percibe múltiples tóxicos, inodoros e incoloros, como el monóxido de carbono o el gas radón, mucho más peligrosos que el “olor a mueble nuevo” del formaldehído.

 

Los estudios nos muestran que el llamado cóctel electroquímico tiene muchas ramas, y los factores ambientales tóxicos son múltiples (químicos, acústicos, lumínicos, eléctricos, magnéticos, biológicos, etc.), todos ellos con efectos electroquímicos a nivel celular.

El “efecto cóctel electroquímico”[C1]  requiere más investigación para explicar las complejas interacciones químicas-eléctricas-magnéticas, que se dan en todo tipo de fenómenos biológicos.

 

Los efectos nocivos de esta contaminación ambiental múltiple incluyen daños a la membrana celular, barrera placentaria, barrera hemato-encefálica, y el resultado es que permitimos la entrada de tóxicos, bacterias, priones, e incluso microplásticos, en el feto o en el cerebro.

 

A largo plazo un entorno tóxico puede afectar seriamente a la salud humana, entre las patologías relacionadas se señalan:

Trastornos neurológicos, psiquiátricos, cardiovasculares, reumáticos, trastornos alérgicos y por hipersensibilidad, lipoatrofía, fibromialgia, fatiga crónica, sensibilidad química, electrosensibilidad y otras patologías emergentes como TDAH, autismo, Parkinson y Alzheimer. También se establece una relación causa-efecto con el incremento de linfoma, leucemia y cáncer.

 

Vivimos completamente plastificados, suelo, techo, paredes, incluso calzado y vestido, esta envoltura dieléctrica crea efectos electrostáticos, e impide la descarga a tierra del “electroestrés”, la carga eléctrica corporal, que se genera por el uso de electrodomésticos y dispositivos electrónicos.

 

Encontramos muchos focos nocivos dentro de la casa, a causa de materiales e instalaciones potencialmente tóxicas, afectando a la calidad del aire, un elemento esencial, y los efectos nocivos de una arquitectura tóxica están relacionados con la climatización, red eléctrica, agua, telefonía, informática, y el uso habitual de materiales nocivos, tóxicos, dieléctricos o radiactivos.

 

Aislantes, hormigones, morteros, etc.

Pavimentos (PVC), pinturas, pladur, gres, etc.

Óxidos de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx).

CO, CO2, hidrocarburos, ozono, partículas, polvo.

Disolventes, detergentes, ambientadores, insecticidas, cosmética, etc.

Disruptores endocrinos, metales pesados, radón…

 

Existe una enorme divergencia entre los criterios legales y los valores límite recomendados, cientos o miles de veces menores. Los niveles admitidos de tóxicos químicos en aire se han establecido para exposición laboral a un solo agente nocivo. Pero no se ha estudiado la exposición ambiental simultánea, crónica y habitual, a múltiples factores químicos tóxicos en dosis bajas, que llamamos factores microambientales, que, sumados a los factores físicos, constituyen un cóctel electroquímico que sufrimos de modo crónico y habitual.

 

El concepto de factores micro-ambientales lo hemos definido en el primer programa de postgrado de Geobiología i Salut del Hábitat, que tuve el honor de diseñar, coordinar e impartir en la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC 1997-98-99). Por primera vez en España la geobiología y la salud del hábitat entran en el marco universitario.

 

Para la mayoría de los sujetos afectados estos factores microambientales pasan inadvertidos, pues todos ellos están en dosis bajas, a menudo muy inferiores a los límites legales, pero las personas con sensibilidad ambiental los acusan, y como los “canarios de la mina” nos avisan de un entorno tóxico.

 

Como se prepara un cóctel electroquímico:

Vivimos en una nube artificial de perfumes, ambientadores, materiales tóxicos, metales pesados, rodeados de plásticos, y con mucha contaminación atmosférica, añades un poquitín de campo eléctrico, campo magnético, microondas, radiactividad, mucho ruido, y tienes un sabroso cóctel electroquímico, el mejor promotor del cáncer.

 

Siguiendo los criterios biológicos de la bioconstrucción, aplicamos medidas preventivas para resolver las patologías del edificio enfermo y lograr la “biohabitabilidad”, o sea un casa realmente ecológica, saludable y sostenible.

 

Frente a la invasión de ese cóctel electroquímico la bioconstrucción nos propone criterios de biohabitabilidad, empezando por usar materiales naturales (tierra, piedra, madera), materiales ecológicos y saludables (no tóxicos), que han sido homologados por siglos de arquitectura tradicional.

 

Lo primero es elegir el buen sitio para construir, un lugar sano y bien orientado, después considerar la bioclimática (eficiencia, ahorro, confort), y finalmente realizar instalaciones biocompatibles (sin ruido, sin radiaciones).

 

No debemos olvidar la calidad del aire interior, aire fresco y sano, libre de tóxicos, alérgenos y patógenos (hongos, bacterias, virus), y todo ello integrado en un diseño armónico (formas, luz y color), de acuerdo con la geometría sagrada que nos dicta la Naturaleza, aportando armonía y belleza.

 

Quizás la causa es simplemente déficit de naturaleza.

 

© Carlos Requejo. Mayo 2025.

 

 

Esquema de la ponencia presentada en la Feria BIOCULTURA 2025, dentro de la JORNADA ECOHABITAR / Hábitat regenerativo

 

PONENCIA BIOCULTURA 2025. Viernes día 30 de mayo. 15:00 h. Sala 1.

Organiza EcoHabitar (ecohabitar.org) – Domobiotik (info@domobiotik.es)

 

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ARTÍCULOS DE REFERENCIA

 

Proliferación de comunicaciones inalámbricas

La invasión de los sistemas ‘wireless» y sus efectos nocivos sobre los seres vivos.

Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2003.

Revista El Ecologista nº 38.

http://www.ecologistasenaccion.org/article7598.html

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Manifiesto de Barcelona

Llamamiento de expertos en Salud Ambiental.

Carlos M. Requejo y Grupo de Expertos. Domosalud 2008.

http://domosalud.blogspot.com.es/2008/06/manifiesto-de-barcelona.html

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La construcción, cáncer del planeta

Impacto de la construcción

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2015.

15-15-15 Revista para una nueva civilización. Nº 0. 15 Ene.2015

https://www.15-15-15.org/webzine/2015/01/13/la-construccion-cancer-del-planeta/

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Los demonios de la construcción

El enemigo está dentro de casa / Los cuatro jinetes del apocalipsis.

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2019.

https://domobiotik.blogspot.com/2019_08_25_archive.html

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Los Ángeles de la Bioconstrucción 

Casa sana / Casa sin tóxicos

Arquitectura para la salud - Criterios biológicos para una casa sana

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2020.

https://domobiotik.blogspot.com/2020_05_24_archive.html

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Déficit de naturaleza

La falta de contacto con el medio natural es el origen de todas las patologías

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2020.

Capítulo del programa de formación en Domobiótica “Casa Sana o Casa Enferma”.

https://domobiotik.blogspot.com/2020_12_27_archive.html

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Casa sana, ciudad sana, planeta sano

Bioconstrucción, arquitectura y salud

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2021.

Revista EcoHabitar May.21

https://ecohabitar.org/casa-sana-ciudad-sana-planeta-sano/

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5G, Que es y cómo protegerse

Respondiendo a la gran alarma social que causa el despliegue de las redes 5G.

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2022.

http://domobiotik.blogspot.com/2022_03_27_archive.html

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Radiactividad dentro de casa

Contaminación radiactiva

© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2024.

https://domobiotik.blogspot.com/2024_03_10_archive.html

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Consumiendo Química

Las sustancias peligrosas en el polvo doméstico como indicador de exposición química.

Resultados del Proyecto "La Casa Intoxicada" de Greenpeace 2003.

https://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/reports/consumiendo-qu-mica

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