lunes, 12 de febrero de 2018

Normativa UE Gas Radón


Entra en vigor la Normativa Europea que obliga a controlar el Gas Radón dentro de las viviendas

El 8 de febrero ha entrado en vigor la directiva europea (2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas en las viviendas. Se trata de un elemento radiactivo que está considerado la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, según la Organización Mundial de la Salud. El gas Radón (Rn222) penetra en un 90% de los edificios, según datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

 
El gas radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco.

Esta normativa llega con demasiado retraso, ya en 2005 la Comisión de las Comunidades Europeas, en su Recomendación 90/143/EURATOM relativa a la protección de la población contra los peligros de una exposición al radón en el interior de edificios, recogía en su punto II, la existencia de estudios efectuados en Estados de la Unión donde las concentraciones de radón en interiores alcanzan medias de 20 a 50 Bq/m3.
Así mismo, asegura en ese mismo punto que, partiendo de modelos de exposición, se puede tomar un factor de conversión de entre la media temporal de la concentración de actividad de gas Radón (Rn222) y el equivalente de dosis efectiva anual de 20 Bq/m3 por mSv/año, lo que lleva a dosis típicas en viviendas de la Comunidad de entre 1 y 2.5 mSv/año, alcanzando la población de algunos países los 20 mSv/año debidos al radón, cuando la propia Comunidad fijó el límite de dosis anual de exposición de la población a la radiación producida por el hombre en 5 mSv/año.
Finalmente, se recoge la recomendación de que se establezca un sistema adecuado para limitar toda exposición a las concentraciones de radón en el interior de edificios, prestando especial atención a la adecuada información al público. Así mismo, establece un nivel de actuación en edificios anteriores a 1990 de 400 Bq/m3, y para edificios de nueva construcción de 200 Bq/m3.

Esta normativa europea obliga a los gobiernos a realizar mediciones preventivas en lugares de riesgo y tomar medidas para reducir la concentración de radón en aquellas zonas en las que se registre un mínimo de 300 becquerelios por metro cúbico. Todo ello en un contexto donde, según el CSN, el 90% de los edificios españoles tienen concentraciones inferiores a este límite y un 10% superan ese nivel.

Esta recomendación es claramente insuficiente, según otras fuentes, hasta el 40 % de los edificios construidos en España superan los niveles admisibles de gas Radón.

Asimismo, este reglamento establece que los países miembros de la UE podrán introducir requisitos específicos en los códigos técnicos de edificación que eviten la entrada de este gas en los inmuebles de nueva construcción y fomenten su reducción en las casas ya construidas.
No obstante, aunque una disposición como esta siempre es bien recibida, también establece límites inferiores a los deseados, ya que en Estados Unidos el nivel máximo está establecido en los 148 becquerels y la OMS fija en 100 la frontera a partir de la cual el radón comienza a ser peligroso para la salud. Los estudios científicos concluyen que cualquier dosis de radiactividad es nociva, ya que se acumula en el organismo.

Zonas de riesgo radiactivo
Recomendamos estudiar el Mapa Marna, mapa de radiación gamma natural de España, elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS). El mapa predictivo de exposición al gas radón del CSN muestra el territorio dividido en tres zonas de exposición: baja, media y alta. El CSN señala Galicia, especialmente Orense y Pontevedra, la Sierra de Madrid, Salamanca, Ávila, Toledo, Cáceres, Sevilla, Córdoba, Jaén, Almería y Gran Canaria como las zonas de mayor exposición.

No huele, no tiene sabor, no tiene ningún color, pero es un gran peligro. No nos irrita los ojos ni la garganta, pero es responsable de muchos cánceres de pulmón. Es el gas Radón (Rn222). Se produce por la desintegración radiactiva natural del uranio presente en las rocas y el suelo.

Dado que le efecto es acumulativo, si se inhala durante un periodo prolongado el gas Radón puede resultar cancerígeno. Se encuentra principalmente en los suelos de pizarra, granito y cuarcitas y penetra en el interior de los edificios. Las posibles vías de entrada a nuestros hogares pueden ser por el interior de la cámara de aire de los muros exteriores; a través de la solera, los muros del sótano, los conductos de saneamiento, el forjado sanitario o a través de fisuras y grietas.

Prevención de Radón
La primera medida es controlar la radiactividad ambiental en la casa, realizando mediciones con un contador Geiger. Si esta medida de la radiación nuclear es significativa, es preciso realizar controles específicos para evaluar la presencia de gas Radón en la casa.
Debe determinarse su origen, que puede ser del subsuelo geológico, o bien de las emisiones de materiales de construcción radiactivos tan frecuentes como morteros, hormigones, pizarras, granito o gres. También puede entrar gas Radón en la casa con el gas natural e incluso con el agua  del grifo.

Es fundamental proteger la edificación para evitar que el radón penetre en las viviendas. Y, en este sentido, sistemas como el de extracción o presurización, que no es más que la instalación de artefactos de extracción de aire desde los cimientos a los muros laterales, pueden acabar con este gas radiactivo.
También, mediante materiales aislantes y láminas impermeabilizantes, que actúan como barrera contra el radón y además protegen al edificio de todo tipo de humedades y actúan contra el frío y el calor.
Otras opciones pasan por utilizar una bomba de vacío, que extrae las moléculas de gas del espacio sellado; hacer un pequeño pozo como arqueta de succión, de manera que obliguemos al gas a ir hacia ese pozo para posteriormente expulsarlo fuera de las viviendas o sellar las grietas y fisuras que puedan encontrarse.

Dado que el gas Radón es seis veces más pesado que el aire, se acumula en los lugares bajos como sótanos, bodegas y garajes, y en los espacios cerrados, sin la adecuada ventilación.

Como reducir riesgos
Según las recomendaciones de la OMS las concentraciones de radón en las viviendas, puestos de trabajo, fábricas, escuelas, hospitales, guarderías, etc., pueden reducirse:
·      Mejorando la ventilación de la casa.
·      Evitando que el radón se filtre desde el sótano hasta las habitaciones.
·      Aumentando la ventilación por debajo del piso de la casa.
·      Instalando en el sótano una bomba extractora de radón.
·      Sellando los pisos y las paredes. 
·      Instalando un sistema de presurización positiva o de ventilación.

En todos los casos disponemos de medidas preventivas para eliminar (o reducir) los niveles de gas Radón dentro de la casa, pero el primer consejo es muy sencillo ventila, ventila y ventila !!!

Domobiotik
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