VIENTOS RADIACTIVOS
Ha sido noticia la invasión de viento sahariano, llamada calima en las Canarias, una nube radiactiva con toneladas de polvo rojo, que ha teñido grandes extensiones en toda Europa, que han sido visibles desde el espacio.
El análisis de radiactividad por espectrometría gamma lo revela. "El resultado del análisis es definitivo. El Cesio-137 está claramente identificado", asegura la Asociación para el Control de la Radiactividad en Occidente (ACRO) en un comunicado. Se estima una concentración fue de 80.000 becquerel por kilómetro cuadrado, y con una vida media de 30 años, harán falta dos siglos para que la radiactividad del Cesio-137 decaiga al 1%.
El Cesio-137 es un isótopo radiactivo artificial del Cesio que se produce principalmente por una fisión nuclear "implicada en una explosión nuclear". Son los residuos atómicos procedentes de más de 200 pruebas nucleares atmosféricas realizadas por Francia en los años 60 en el Sáhara argelino.
El polvo rojo sahariano ha superado de nuevo los niveles de riesgo para la salud recomendados por la OMS. Los estudios científicos demuestran que los episodios de partículas de polvo en el aire aumentan los problemas de salud del sistema respiratorio.
Con la lluvia las partículas radiactivas desaparecen de la atmósfera y la “lluvia de barro rojo” las lleva a las superficies, al suelo y a las aguas, siendo absorbidas por plantas y animales que entran en la cadena trófica.
Aunque las fuentes oficiales minimizan los riesgos, esta demostrado que pequeños incrementos en la radiactividad ambiental afectan negativamente a nuestra salud ya que, aunque una parte se desechan por la orina, tienen un efecto acumulativo sobre nuestro organismo.
El Cesio-137 puede entrar a su cuerpo a través de los alimentos, del agua, del aire o por contacto directo con la piel.
La nube radiactiva argelina, que ha sido detectada incluso en Suiza y Europa central, ha afectado sobre todo a Marruecos y España. Aquí la Red de Vigilancia Radiactiva (Red-Rad) ha realizado mediciones de radiactividad ambiental en Barcelona y nos ha confirmado que estamos respirando valores de radiactividad mas elevados que la media.
Este no es un episodio aislado, pues se repite varias veces al año, cada vez que el viento sopla del sur nos trae polvo del Sáhara, con un regalo indeseado de partículas radiactivas.
Consejos de prevención:
Evitar respirar estas partículas en el exterior usando mascarillas FP2.
Lavar cuidadosamente los alimentos.
No permitir que los niños ni las mascotas jueguen con este polvo rojo.
Evitar el uso de los vehículos de combustión, para evitar la emisión de partículas.
Tener cerradas las ventanas cuando hay calima.
Usar purificadores de aire para tener atmósfera limpia dentro de casa.
El Gobierno debe protegernos y monitorizar el nivel de radiactividad y de partículas que flotan en el aire, para saber cuando podemos salir a pasear, hacer deporte o que los niños salgan a jugar.
Pensamos que la radiactividad es algo lejano (Chernobil, Fukushima), pero la naturaleza nos enseña que es peligroso jugar con fuego y nos devuelve la basura atómica.
Esta nube radiactiva se suma a la radiactividad natural del terreno, especialmente por las infiltraciones de gas Radón en las viviendas.
Podemos controlar los niveles de radiactividad, podemos evitar las infiltraciones de gas Radón, y podemos eliminar gases, polvo y partículas logrando calidad del aire respirable con los mejores purificadores del mercado, con tecnología PCO, basada en investigaciones de la NASA.
Carlos Requejo. Domobiotik. Abr.2021.
Fuentes: ACRO, Elektron y Red de Vigilancia Radiactiva (Red-Rad).
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