Proliferación de comunicaciones inalámbricas
La invasión de los sistemas “wireless” y sus efectos nocivos sobre los seres vivos
Estamos viviendo un gran proliferación inalámbrica, los argumentos de venta nos informan que el teclado, el ratón, o el teléfono, funcionan sin cables, y anglicismos como cable-free, wireless o cordless, nos venden que podemos estar permanentemente conectados.
En el entorno urbano es difícil encontrar un espacio libre de emisiones radioeléctricas, y en el avión o en el hospital preocupa la interferencia de la telefonía móvil con los equipos médicos o de navegación. Todo el espacio está lleno de “ruido electrónico”, un ruido de fondo electromagnético que incide permanentemente sobre el sistema nervioso, y que puede incluso percibirse de manera audible, bajo la forma de zumbidos de oídos (tinnitus).
Proliferación de comunicaciones inalámbricas
La agresión ambiental más frecuente en el medio urbano es el ruido audible y los campos electromagnéticos de baja frecuencia (CEM 50 Hz), como los generados por ordenadores, electrodomésticos, iluminación, máquinas herramientas, transformadores y líneas de alta tensión.
En la última década, aparecen las microondas (MW 1-3 GHz), producidas principalmente por la telefonía móvil, y la proliferación de antenas de telefonía en los tejados han creado una gran alarma social, pues afectan a todas las viviendas en un radio de varios kilómetros, según la potencia.
Más discretamente, la nueva telefonía inalámbrica DECT-GAP crea un entorno irradiado con plena cobertura hasta 300 m, con emisión de microondas permanente (24/24 h), literalmente pone una estación base de telefonía en la cabecera de nuestra cama.
Preocupados por la amenaza de las antenas, valoramos poco la radiación de los millones de terminales móviles, cuya emisión puede alterar las ondas cerebrales (EEG), hasta 80 metros del emisor. Mientras, en el entorno laboral se imponen los microprocesadores ultrarrápidos (chips a 1-2 GHz), y recientemente surgen los sistemas wireless, o redes inalámbricas tipo Bluetooth, con un alcance de 100 m, todos estos sistemas emiten microondas similares a la telefonía móvil.
Desde hace pocos meses, Zamora presume de ser la primera ciudad totalmente cableada mediante el sistema WiFi, donde podremos estar permanentemente conectados, sin perder la cobertura como en el sistema GSM, pues los teléfonos WiFi no usan la red de telefonía móvil, se conectan vía Internet.
En el entorno doméstico las emisiones radioeléctricas son omnipresentes, y son generadas por cualquier telemando y radiocontrol, domótica, alarmas, electrodomésticos, e incluso juguetes con mando a distancia.
La última novedad de moda, la ropa High-Tech, incorpora agenda electrónica, teléfono móvil, etc., donde el propio tejido contiene los circuitos electrónicos. De lo que no se habla en los artículos promocionales es de las emisiones radioeléctricas, potencialmente nocivas para la salud, que emiten estos sistemas.
Principales emisores- Telefonía WiFi (internet).- Ropa High-Tech.- Sistemas wireless (Bluetooth, etc.).- Telefonía inalámbrica (DECT-GAP).- Telefonía fija cable-radio (LMDS-MMDS).- Telefonía móvil (GSM).- Monitores ordenador (RX, CEM, etc.).- Materiales dieléctricos y electrostáticos (plásticos, melaminas, etc.).- Electrodomésticos (Iluminación, alarmas, microondas, etc.).- Transformadores y redes eléctricas (alta, media y baja tensión).
Electroestrés
La medición de la carga eléctrica en el cuerpo humano, revela que bajo la influencia de campos eléctricos y/o magnéticos, se modifican las constantes bioeléctricas del organismo, es lo que llamamos estrés electromagnético, o “electroestrés.”
El chequeo de electroestrés muestra que un individuo sano, en estado de reposo (relax), presenta una descarga eléctrica corporal del orden de 100 mV, y durante la actividad física moderada (trabajo, deporte), esa tensión eléctrica sube hasta 500 mV, lo que se considera fisiológicamente normal.
En presencia de electromagnetismo, como es el caso de un operario de ordenador, esta tensión puede subir hasta 10.000 e incluso 24.000 mV, lo que afecta a diversos sistemas neurológicos.
Este incremento del estrés bioeléctrico nos aleja del equilibrio homeostático que permite la salud óptima y se manifiesta de manera más acusada en los sujetos “electrosensibles”, potencialmente alérgicos a la electricidad, como es el caso de la presidenta de la OMS, la Dra. Gro Harlem.
Según estudios del norte de Europa, las personas electrosensibles representan entre el 20 y el 25% de la población, y recientemente la electrosensibilidad ha sido reconocida en Suecia como enfermedad profesional (2002).
Efectos sanitariosSe producen efectos neurológicos a corto y medio plazo:- Insomnio, somnolencia matinal (melatonina).- Estrés, angustia, ansiedad (pannic attack).- Pérdida de memoria, hemicrania (jaqueca).- Ruidos y zumbidos de oídos, mareos y vértigo.- Fatiga crónica, fibromialgia.- Atonía, desinterés, dificultad en la toma de decisiones.- Rutina, falta de iniciativa, pérdida de creatividad.- Depresión, tristeza, pesimismo, trastorno afectivo estacional (TAE).A largo plazo pueden aparecer otros graves efectos biológicos:- Patologías cardiovasculares (arritmia, hipertensión, infarto).- Patologías reumáticas (osteroporosis).- Patologías respiratorias (asma).También se ha establecido una relación causa-efecto con diversas patologías degenerativas como Alzheimer, Parkinson, esclerosis, leucemia y cáncer (OMS).
Espacio radioeléctrico
El real decreto de Telecomunicaciones considera el espacio radioeléctrico infinito e ilimitado, por lo que autoriza la emisión de radiaciones que invaden el domicilio privado, del cuerpo humano, y de su cerebro.
Desde el aspecto jurídico, es preciso considerar que la invasión de radiofrecuencias, dentro de las viviendas, significa una invasión de varios Derechos Fundamentales de los Ciudadanos, establecidos en la Constitución Española:
Derecho a la integridad física (Art. 15 C.E.).
Derecho a la intimidad personal y familiar (Art. 18.1. C.E.).
Derecho a la inviolabilidad del domicilio (Art. 18.2. C.E.).
En uso del principio de precaución, es importante reglamentar medidas legales contra esta invasión del espacio radioeléctrico, con la creación de zonas libres de radiaciones en todas las áreas sensibles como guarderías, colegios, asilos y hospitales, y en particular en todos los dormitorios.
Esta exposición radioeléctrica es involuntaria, indeseada e inadvertida, permanente y además indiscriminada, pues en grados diferentes afecta en la práctica al 100% de la población.
Medidas preventivas
- Etiquetado riesgo CEM (móviles, electrodomésticos, etc.).
- Reducción de radiaciones (mejor tecnoclogía).
- Distancias de seguridad (antenas, transformadores, electrodomésticos, etc.).
- Blindaje electromagnético (microwave filter, etc.).
- Medicina ortomolecular y bioenergética.
- Ergonomía invisible (white pollution).
- Evaluación periódica del electroestrés (chequeo médico).
- Control de emisiones (prevención y control).
Principio de precaución
Diversas recomendaciones internacionales sugieren niveles de radiación cientos y miles de veces más bajos que los máximos legales, por lo que es precisa la aplicación de medidas preventivas que reduzcan el riesgo sanitario, pues a corto plazo se prevé un gran crecimiento de las emisiones radioeléctricas, con los nuevos teléfonos WAP (pago por móvil, juegos on-line, etc.), la implantación de la red UMTS, y la generalización de los sistemas wireless.
Quizá el aspecto más nocivo de esta proliferación inalámbrica, es que este “ruido electrónico” permanente, de manera similar al ruido audible, afecta al sistema neurológico e inmunitario, además altera el ciclo de la melatonina, afecta al sueño y el descanso nocturno (elimina la fase REM), y dificulta la regeneración celular.
Beneficios a obtener
- Mejora del estado de ánimo, del relax y del sueño.
- Mejora del clima social, familiar y laboral.
- Restitución del sistema neurológico, hormonal e inmunitario.
- Reducción de errores y accidentes.
- Reducción del gasto sanitario.
- Incremento del rendimiento laboral.
Esta proliferación inalámbrica afecta a todos los seres vivos, y se ha observado que hormigas, murciélagos, ratas, e incluso el ganado son afectados por las radiaciones electromagnéticas, y recientemente un estudio británico informa de la extinción masiva de más de diez millones de pájaros, en el entorno de las antenas de telefonía.
El costo sanitario para la población es incalculable, como lo muestra que las principales compañías de seguros (Lloyds, Allianz), excluyen de sus pólizas la cobertura de riesgos electromagnéticos.
© Carlos M. Requejo. 2003.
No hay comentarios:
Publicar un comentario