La paradoja de las antenas
EL MÓVIL ES
MÁS PELIGROSO QUE LAS ANTENAS
Un gran
sector de la sociedad cuestiona la instalación de antenas de telefonía o de
Wifi, evidentemente nocivas, pero apenas se cuestiona el uso privado el teléfono
móvil, el inalámbrico, o el PC portátil, no queremos radiaciones de microondas pero
queremos tener plena cobertura.
Esto es una
contradicción absoluta, pues la radiación de las antenas repetidoras se debe a
la reemisión de las llamadas de nuestros emisores, de la cual somos responsables.
Igual que somos responsables de financiar la red de telefonía móvil, con el
solo hecho de contratar la línea telefónica.
Esta conducta
incoherente de los movimientos de afectados da argumentos a los operadores,
para enrocarse en su postura de “no pasa nada” y “no está demostrado”, etc. Sin
embargo, existe suficiente información científica sobre el riesgo de las
radiofrecuencias, basta con leer las conclusiones del Reflex Project o el
informe Bioinitiative, como hemos denunciado tantas veces.
Móvil peligroso o antena peligrosa
Pero existe
la percepción social de que el peligro mayor es la exposición permanente de las
antenas o el Wifi, que se considera una intromisión indeseada en nuestro
domicilio y nuestro cuerpo. Por el contrario, banalizamos el riesgo de la
exposición del teléfono móvil, o el inalámbrico, pues al ser una exposición
voluntaria no se percibe como una invasión.
Para valorar
el riesgo de las microondas hace falta tener datos objetivos, según nuestras
mediciones en cientos de antenas urbanas. Habitualmente la densidad de potencia
de una antena dentro de una casa (inmisión), es muy inferior a la de un
teléfono móvil, y se mueve entre estos valores.
INTENSIDAD
INMISIÓN ANTENA. 1-10 mW/m2.
Las
mediciones más usuales en Barcelona ciudad son valores de 1-3 mW, en muchos
casos medimos valores menores de 0,1 mW (100 µW), y en contadas ocasiones se
alcanza >100 mW.
INTENSIDAD INMISIÓN
MÓVIL. 10.000-20.000 mW/m2.
La intensidad
del teléfono móvil varía según la cobertura, puede ser doble (20.000 mW) en
modelos baratos, y se reduce a 1.000 mW con accesorio de manos libres que aleja
la antena del cerebro.
Radiación total recibida
Para valorar
la radiación total recibida debemos multiplicar la INTENSIDAD de emisión por el
TIEMPO de exposición.
RADIACIÓN
TOTAL ANTENA. 1.440x10=14.400 mW/m2/min.
(Para la
antena consideramos la exposición durante un día = 24 horas = 1.440 minutos)
RADIACIÓN TOTAL MÓVIL. 60x10.000=600.000 mW/m2/min.
RADIACIÓN TOTAL MÓVIL. 60x10.000=600.000 mW/m2/min.
(Para el
móvil consideramos la exposición solo durante una hora al día = 60 minutos).
Este es un
supuesto muy simple, solo una antena y solo un móvil, pero la evidencia de las
matemáticas nos muestra que para un usuario medio, la radiación recibida de su
móvil es casi cincuenta veces mayor que la de la antena cercana. Es obvio que
la radiación de microondas del teléfono móvil, incluso con pocos minutos de uso
es muy peligrosa. En el caso de un usuario que utilice el móvil varias horas, cosa
muy frecuente en usuarios de smartphones (Blackberry, iPhone, tablets), el
riesgo crece de forma exponencial, aún con manos libres.
Cualquiera
puede hacer el cálculo de la radiación real que recibe su persona (o su bebé)
de acuerdo con su TIEMPO DE USO efectivo, consultando la factura mensual de
Movistar. Son matemáticas fáciles y dejo a cada usuario calcular la radiación
total de las casi 3.000 antenas de telefonía en Cataluña, o de los más de 7
millones de móviles, más que habitantes, nos podemos sorprender, pues las
matemáticas no mienten.
Debemos señalar que la potente radiación del móvil es un verdadero martillazo, (1-2 Watios), mientras que la radiación de las antenas se trata de molestos picotazos, miliwatios o microwatios, miles o millones de veces menores.
Otro aspecto
evidente es que en el caso del teléfono móvil la radiación se concentra en
el oído y la mitad del cerebro, mientras que en el caso de antenas se
reparte en todo el cuerpo con riesgo sanitario mucho menor.
Además
debemos sumar la radiación recibida como USUARIO PASIVO de otros teléfonos
móviles, inalámbricos, PC portátil, tablet, Wifi, etc., en el autobús, metro,
oficinas, centros comerciales, etc., donde puede haber varios aparatos
funcionando muy cerca de nosotros. Esto hace que los sujetos hipersensibles
(H-Cem) no puedan permanecer mucho tiempo en estos entornos sin sufrir serias
molestias, aunque no usen jamás un móvil.
Como protegernos
Otro aspecto
a valorar es que podemos protegernos eficazmente de las microondas de las
antenas, con un apantallado de los muros o ventanas de la casa, blindaje
físico como recomienda Next-Up. Pero no existe ningún modo práctico de
evitar la radiación de nuestro propio teléfono, o de las personas cercanas,
excepto con el traje blindado de astronauta.
Y aunque no
tengamos cerca una Línea de Alta Tensión, debemos considerar el efecto sinergia
con otras exposiciones electromagnéticas, de nuestros electrodomésticos,
informática y red eléctrica doméstica a 220 V, que tenemos a veces en la
cabecera de la cama, y de la cual podemos y debemos protegernos eficazmente.
Con una
visión global de la salud ambiental, deben valorarse los otros factores
ambientales nocivos, como el ruido o la calidad del aire que respiramos en
Barcelona (entre las peores de Europa), pues el efecto tóxico es acumulativo.
Espero que
esto nos haga reflexionar y ser coherentes para ser respetados por los
investigadores, y la Administración, y poder valorar si queremos ser la capital
mundial del móvil (World Mobile Congress). Quizás hay
que prohibir la telefonía móvil, y de paso también los automóviles, como proponía
Ernest Callenbach en su Ecotopía.
O quizás hay que declarar una huelga sin
móvil, o más racionalmente reservar el telefonino solo para las verdaderas
emergencias, accidentes, terremotos y tsunamis, reduciendo a valores soportables
la agresión y el beneficio de las telefónicas.
© Carlos M. Requejo – Domoterapeuta
Director de
DOMOBIOTIK
Bonito blog, gracias por compartir, me gusta. Newsmy V9 Quad Core Tablet
ResponderEliminarAsí que buen post, me gusta mucho, gracias.
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