EL DÍA AHORA TIENE 16 HORAS (desmentido)
Recibo consultas porque ha
resurgido una noticia falsa (“hoax” en la jerga de Internet) que lleva ya
varios años circulando por las redes, citando al autor new age Gregg Braden,
“La Tierra está girando más rápido y el día tiene 16 horas”. También se dice
que el giro de la Tierra se invertirá y que esta será la puerta para el “salto
cuántico dimensional” según la profecía maya, algo totalmente falso.
El bulo del tiempo acelerado es una burda patraña plagada de
falsedades científicas, confunde
términos y magnitudes físicas, mezcla habas con garbanzos sin ninguna coherencia
científica. La idea de que el tiempo se acelera es otra leyenda urbana, se
están manipulando las investigaciones del Dr. Schumann y al final confunde
la Física con la Metafísica
Lo he consultado con un amigo, físico y astrónomo, y me ha confirmado
que la velocidad de rotación de la Tierra no ha variado ni un segundo en varios
siglos. El planeta Tierra gira sobre
sí mismo 360° en un periodo de 23
horas 56 minutos y 4,0916 segundos, este lapso se conoce como día sidéreo, que se mide con
respecto al fondo de cielo, las estrellas fijas. En realidad el día no se acorta, el periodo de
rotación de la Tierra se alarga muy lentamente debido a la atracción de la
Luna, y la duración del día se incrementa 2,3 milisegundos cada siglo.
También es físicamente imposible que la Tierra gire en sentido inverso,
sencillamente por la ley de la inercia. Lo que si puede darse es un cambio en
el campo magnético terrestre (en dirección e intensidad), como ha ocurrido
varias veces, pero la Tierra seguirá girando en el mismo sentido y a la misma
velocidad varios millones de años más.
Por otro
lado la Tierra nunca ha girado a 7,8 Hz, la frecuencia de 7,8 Hz se refiere a
la Onda de Schumann, y es una de las frecuencias con que vibra nuestra
atmósfera. La llamada Resonancia de Schumann es un fenómeno físico real pero que no tiene nada que ver con la
rotación de la Tierra y la duración del día.
Estas resonancias
fueron medidas originalmente por Nikola Tesla, y luego fueron predichas
matemáticamente de manera independiente por el Dr. Winfried Otto Schumann, en
1952. De manera sintética, se puede decir que estas resonancias son ondas
magnéticas activadas por los relámpagos, con ciertas frecuencias
características, y tienen relación con el rebote de estas ondas entre la
superficie de la Tierra y la ionosfera (capa exterior de la atmósfera terrestre
que es afectada por la radiación cósmica y solar).
“En la década del 50, el Dr.
Schumann quien prestaba servicios en la UTN de Munich, Alemania,
descubrió un efecto de resonancia en el sistema tierra-aire-ionosfera, hoy
conocido con el término de Resonancia
Schumann. En Física, a este efecto se le denomina "Onda
transversal-magnética". Se ha comprobado que éstas ondas resonantes u
Ondas Schumann, vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de
los seres humanos y de todos los mamíferos en general, ó sea 7,8 Hertz
(ciclos por segundo)”.
De hecho las Resonancias Schumann son varias, ver gráfico adjunto, la atmósfera del planeta tiene varias resonancias armónicas. Las principales son 7,83 - 14,1 - 20,3 - 26,4 - 32,4… y siguen varios múltiplos resonantes, cada vez más débiles.
Gráfico. Schumann_resonance.
Como se observa en el gráfico, las ondas más intensas son las de 7,83 y 14,1 Hz, que definen el límite superior e inferior de las Ondas ALFA cerebrales, precisamente las frecuencias que corresponden al relax, la salud, la creatividad y los sueños.
La
resonancia electro-atmosférica, llamada Onda o Resonancia de Schumann sigue
igual, no ha variado desde 1952. Pero no se puede afirmar que “estuvo estática
en 7,8 Hz por miles de años”, porque no tenemos mediciones de ese valor
en la antigüedad.
La realidad es que no hay ninguna aceleración del tiempo real (Kronos), verificado con un
reloj atómico, el sol y los planetas siguen su ritmo igual que siempre, lo que
se acelera a veces es el tiempo
psicológico (Kairós). La sensación de que “el tiempo pasa volando” ocurre sobre
todo para los occidentales, debido a nuestro modo de vida estresado, queriendo
hacer (y tener) demasiadas cosas.
Si queremos sincronizar nuestros biorritmos con la Madre Tierra
podemos acampar al aire libre un par de semanas, en contacto con cielo y tierra,
para volver a casa en armonía. Basta sentarse en silencio mirando las estrellas
y entrar en meditación para percibir el flujo del tiempo en armonía otra
vez. El salto cuántico dimensional si realmente se produce será algo
interno, un cambio de percepción, pero solo para los que estén realmente despiertos.
© Carlos Martínez Requejo. Domobiotik 2015.
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