domingo, 19 de julio de 2015

La Resonancia de Schumann



EL DÍA AHORA TIENE 16 HORAS (desmentido)


Recibo consultas porque ha resurgido una noticia falsa (“hoax” en la jerga de Internet) que lleva ya varios años circulando por las redes, citando al autor new age Gregg Braden, “La Tierra está girando más rápido y el día tiene 16 horas”. También se dice que el giro de la Tierra se invertirá y que esta será la puerta para el “salto cuántico dimensional” según la profecía maya, algo totalmente falso.
El bulo del tiempo acelerado es una burda patraña plagada de falsedades científicas, confunde términos y magnitudes físicas, mezcla habas con garbanzos sin ninguna coherencia científica. La idea de que el tiempo se acelera es otra leyenda urbana, se están manipulando las investigaciones del Dr. Schumann y al final confunde la Física con la Metafísica
Lo he consultado con un amigo, físico y astrónomo, y me ha confirmado que la velocidad de rotación de la Tierra no ha variado ni un segundo en varios siglos. El planeta Tierra gira sobre sí mismo 360° en un periodo de 23 horas 56 minutos y 4,0916 segundos, este lapso se conoce como día sidéreo, que se mide con respecto al fondo de cielo, las estrellas fijas. En realidad el día no se acorta, el periodo de rotación de la Tierra se alarga muy lentamente debido a la atracción de la Luna, y la duración del día se incrementa 2,3 milisegundos cada siglo.
También es físicamente imposible que la Tierra gire en sentido inverso, sencillamente por la ley de la inercia. Lo que si puede darse es un cambio en el campo magnético terrestre (en dirección e intensidad), como ha ocurrido varias veces, pero la Tierra seguirá girando en el mismo sentido y a la misma velocidad varios millones de años más.

Por otro lado la Tierra nunca ha girado a 7,8 Hz, la frecuencia de 7,8 Hz se refiere a la Onda de Schumann, y es una de las frecuencias con que vibra nuestra atmósfera. La llamada Resonancia de Schumann es un fenómeno físico real pero que no tiene nada que ver con la rotación de la Tierra y la duración del día.
Estas resonancias fueron medidas originalmente por Nikola Tesla, y luego fueron predichas matemáticamente de manera independiente por el Dr. Winfried Otto Schumann, en 1952. De manera sintética, se puede decir que estas resonancias son ondas magnéticas activadas por los relámpagos, con ciertas frecuencias características, y tienen relación con el rebote de estas ondas entre la superficie de la Tierra y la ionosfera (capa exterior de la atmósfera terrestre que es afectada por la radiación cósmica y solar).

“En la década del 50, el Dr. Schumann  quien prestaba servicios en la UTN de Munich, Alemania, descubrió un efecto de resonancia en el sistema tierra-aire-ionosfera, hoy conocido con el  término de Resonancia Schumann. En Física, a este efecto se le denomina "Onda transversal-magnética". Se ha comprobado que éstas ondas resonantes u Ondas Schumann, vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos en general, ó sea  7,8 Hertz (ciclos por segundo)”.

De hecho las Resonancias  Schumann son varias, ver gráfico adjunto, la atmósfera del planeta tiene varias resonancias armónicas. Las principales son 7,83 - 14,1 - 20,3 - 26,4 - 32,4… y siguen varios múltiplos resonantes, cada vez más débiles.

 
Gráfico. Schumann_resonance.

Como se observa en el gráfico, las ondas  más intensas son las de 7,83 y 14,1 Hz, que definen el límite superior e inferior de las Ondas ALFA cerebrales, precisamente las frecuencias que corresponden al relax, la salud, la creatividad y los sueños.

La resonancia electro-atmosférica, llamada Onda o Resonancia de Schumann sigue igual, no ha variado desde 1952. Pero no se puede afirmar que “estuvo estática en 7,8 Hz por miles de  años”, porque no tenemos mediciones de ese valor en la antigüedad.
La  realidad es que no hay ninguna aceleración del tiempo real (Kronos), verificado con un reloj atómico, el sol y los planetas siguen su ritmo igual que siempre, lo que se acelera a veces es el tiempo psicológico (Kairós). La sensación de que “el tiempo pasa volando” ocurre sobre todo para los occidentales, debido a nuestro modo de vida estresado, queriendo hacer (y tener) demasiadas cosas.
Si queremos sincronizar nuestros biorritmos con la Madre Tierra podemos acampar al aire libre un par de semanas, en contacto con cielo y tierra, para volver a casa en armonía. Basta sentarse en silencio mirando las estrellas y entrar en meditación para percibir el flujo del tiempo en armonía otra vez. El  salto cuántico dimensional si realmente se produce será algo interno, un cambio de percepción, pero solo para los que estén realmente despiertos.

© Carlos  Martínez Requejo. Domobiotik 2015.



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